Personalmente,
estoy a favor del placer sexual derivado de infligir dolor a otra persona, el
dolor físico y, tal vez, humillante. Pero, incluso, visto desde un punto de
vista sadomasoquista, el sadismo es algo más que un acto físico.
Creo
firmemente que el verdadero sádico es una persona que no solamente disfruta
infligiendo dolor físico azotando a los demás, sino que también disfruta del
dolor mental y emocional. En cierto modo, sí, todos ellos reviven una
combinación.
Pero,
sea de la forma en que se azote a un ser humano, se debería prestar igualmente
atención a esas dos sensaciones dolorosas.
Entrar
en la psique de la masoquista, averiguar lo que es como persona, lo que la
motiva, lo que la hace feliz, triste, enojada, avergonzada, etc. Cómo
reaccionan a las cosas o situaciones. Conseguir entrar en el interior de sus
cabezas y ganar su confianza, para luego, destruirlo todo y arruinar su fe en
la humanidad.
Yo,
personalmente, he estado más en dramas llenos de situaciones preferibles y
menos donde se ha ejercido el sadismo físico. El sadismo emocional es mucho más
profundo, un proceso más complicado y muy frágil y fácil de destruir. Sin
embargo, es lo primero que tienes que construir. Mientras que los sádicos
destructivos y violentos son los que tienen que aprender a reconstruir los
finos cristales de las emociones en una pila ordenada antes de destrozarlos
todos y, cada uno de ellos, en mil pedazos.
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