“Él me golpeó con
mi nueva cane de bambú. La que él había elegido para mí y cuando empecé a
aspirar mi aliento y alejada de los dolores tan intensos, me preguntó si eso
era suficiente y le dije que sí.” Entonces, dijo:
“Bueno, entonces, uno más.”
Y este fue perfecto, porque es el
único que la hizo llorar con buenos lagrimones. Los que ni siquiera sabía que
necesitaba. Esos azotes catárticos que permiten que se liberen todos los tipos
de lágrimas.
En otros momentos, también había
derramado estas lágrimas con él, en el orgasmo (rubor). Pero cuando, le causa dolor
a ella y llora, esta quiere estar segura de que él lo sabe. Lo cual significa
que está dejando de llorar y parando los azotes para hacerle saber que está
bien. Que ella está de acuerdo, que es sólo la liberación.
“Así es cómo me atrajo hacia él, me
envolvió en sus brazos alrededor de mí, me acurruqué en mí misma, como una
bola. Envuelta en sus brazos y diciéndome: “Shhhh, estás de acuerdo, estás de acuerdo.”
Le miré hacia
arriba y dije: “Lo estoy, estoy de acuerdo.”
Y cuando estaba sollozando, era duro
para ella decir esto. Pero necesitaba que él supiera que no le había hecho
daño. (Quería decir sí, esas marcas pican como una hija de puta, pero él no la
había hecho daño). No estaba llorando por algo malo. No había nada de ello.
Sólo que estaba de acuerdo y desesperada porque él supiera que estaba bien, así
que le dijo: “Estoy bien, estoy bien.”
“Lo sé,” me contestó. Y seguía
acariciando su trasero y su espalda. La reconfortaba y él lo sabía. Lo sabe
porque lo sabe y porque ella se lo dice: “Esto es liberación, ¿sabes?” Y ella
podría seguir llorando durante horas para que él compartiera también su dolor,
para que lo sienta. Pero, ella aún se contenía.
“Voy a tener que
aprender que el llorar con él está bien. Durante horas, si eso es lo que tiene
que suceder, si esa es la liberación que viene porque una vez que empecé a
habituarme, una vez que hube llorado un poco más, me permití dejarla fluir,
dejar que se escapara.”
“Yo estaba más
ligera, más tranquila, mejor. Por lo tanto, mucho mejor. Y le dije que el dolor
es un ser extraño para mí y, luego, yo estaba llorando de nuevo y sé que mi
cerebro me quiere decir algo más sobre esto, pero, por ahora, todo lo que sé es
que todo era perfecto. E inesperado. Y justo, lo que yo necesitaba y para él
que, algunas veces, sabe lo que necesito físicamente y creo que incluso, a
veces, hasta emocionalmente.” Musitaba para sí misma
No hay comentarios:
Publicar un comentario